Al hablar del síndrome del impostor, es común sentir que no merecemos estar en determinado lugar y que hay personas más competentes que nosotros. Por ejemplo, cuando ingresamos a la universidad o iniciamos en un nuevo trabajo, nos sentimos impostores al ver que hay personas con más conocimientos y habilidades que nosotros.
Es fácil compararnos con nuestros compañeros y pensar que no estamos a su altura. Sin embargo, es importante recordar que si estamos en ese lugar, es porque hemos sido seleccionados como los más adecuados para esa posición. La empresa o institución confía en nuestras habilidades y en nuestra capacidad de generar valor.
Además, es fundamental entender que las empresas no nos están haciendo un favor al contratarnos, nos están pagando por nuestro trabajo y confiando en que podemos aprender y mejorar con el tiempo. Es normal tener un periodo de aprendizaje en el que podemos cometer errores, pero esto no significa que no merezcamos estar ahí.
En definitiva, es natural tener pensamientos de que no merecemos estar en cierto lugar, pero es importante recordar que hemos pasado por un largo proceso de selección y merecemos estar donde estamos. Las empresas o instituciones están invirtiendo en nosotros para que podamos desarrollarnos y aportar valor a largo plazo. Así que, si te sientes impostor en algún momento, no te preocupes, ¡recuerda que mereces estar ahí y confía en tus habilidades!
